lunes, 8 de agosto de 2011

Crónica del Primer Curso de Verano (parte 3)


Clases de Psicología y Fenomenología
con MIREIA DARDER

¿Cómo puede un psicólogo observar las emociones de sus clientes
sin reconocer primero sus propias emociones?

Después de esta intensa semana de introducción quedamos en manos de la psicóloga catalana Mireia Darder, una especialista en el trabajo con las emociones y su relación con lo corporal.

Con ella comenzamos a estudiar la fenomenología cuyo método es la actitud de estar en el presente, observando desde la sensación, activando después las emociones y por último los pensamientos; en lugar de hacerlo en el orden contrario, lo cual conduce a la asociación con los recuerdos, los significados y los esquemas preconcebidos que distorsionan la realidad.

Aprendimos que la sensación se percibe a través de la observación del cuerpo que nunca miente, que expresa las emociones y que avisa cuando hay problemas mediante síntomas.

Según Hellinger hay emociones primarias, secundarias y sistémicas. Las primeras son cortas e intensas y tienen una función adaptativa, ya que son reacciones que cuando son expresadas, suponen un alivio y son el miedo, la tristeza, el enfado/rabia y la alegría.

Las emociones secundarias no están relacionadas con el contexto inmediato, se activan mediante el recuerdo, ocultan las emociones primarias y por eso no se calman al expresarlas. Por ejemplo, la melancolía puede estar tapando la rabia que la persona se prohíbe a sí misma expresar o un mal humor crónico puede encubrir el miedo alguien no se permite experimentar.

Las emociones sistémicas son heredadas o adoptadas, no son propias. Esto explica por ejemplo que un hijo pueda estar cargando el dolor de una madre por la pérdida de un hermano mayor que quizá ni siquiera conoció.

Asimismo existen las metaemociones positivas que uno experimenta después de haberse dado cuenta de algo importante.

También comprendimos que los pensamientos nos llevan al análisis, a la búsqueda de razones, a las creencias, al control, a la evaluación, a las comparaciones, a establecer relaciones de causa y efecto. Todo lo cual es adecuado cuando estos pensamientos aparecen como consecuencia de la observación de las percepciones corporales y de las emociones. No al revés. O sea, cuando los pensamientos son los que provocan las emociones y éstas se convierten en síntomas físicos.

Mediante una serie de ejercicios que realizamos en parejas, Mireia Darder nos llevó a identificar en nosotros mismos los tres estratos: las sensaciones, las emociones y los pensamientos, con la finalidad de poder activarlos en ese orden.

Por último comenzó nuestro entrenamiento como futuros terapeutas enseñándonos qué es lo que hay que observar en los cuerpos de otras personas para llegar a percibir las emociones a fin de reconocer primero cuáles son, y después si se trata de emociones primarias o secundarias, si son propias o heredadas.

(Continuará...)